Prueba Scorpa SY 250F 4 tiempos 2006

scorpa4t2006

scorpa4t2006Cuando empezó a masticarse la idea de que en un futuro los motores de válvulas volverían a reinar, Scorpa firmó un nuevo acuerdo con Yamaha para crear la primera moto de trial moderna impulsada por un motor 4T.

Tras el rotundo éxito de la TY 125F, los técnicos galos comenzaron una intensa labor de investigación y desarrollo para crear el nuevo concepto que protagoniza este reportaje: la SY 250 F 4T.

ALMA NIPONA

No es la primera vez que Yamaha suministra sus motores a Scorpa, de hecho, la conocida versión SY 250 de dos tiempos equipa un propulsor prácticamente idéntico al de la mítica Yamaha TYZ, y la pequeña TY 125 4T hereda una de las mecánicas más populares entre las trail niponas.

Finalmente la base motriz elegida ha sido el propulsor de cinco válvulas de la WR 250, en el que se han adaptado diversos componentes a las exigencias del trial moderno.

Básicamente se han acortado los desarrollos del cambio, sustituido el volante de inercia, árboles de levas, encendido, culata, escape y carburador. De momento Scorpa no se plantea dar el salto a la inyección, algo que sí está haciendo Sherco, por lo que posiblemente en el 2007 esta Scorpa sea la única representante de cuatro tiempos alimentada por carburador.

Pero sin duda lo que más llama la atención en la nueva SY-F es el sistema de escape, construido íntegramente de aluminio, y diseñado con la idea de ejercer las funciones de subchasis trasero. Además, el silencioso queda completamente protegido de cualquier impacto, y logra un reparto de pesos más lógico en el tren trasero.

La adopción de este sistema ha obligado a diseñar una caja del filtro totalmente nueva, también muy compacta, y a la que se accede fácilmente con tan sólo desprender un tornillo. El radiador, fabricado por KTM, se ha construido específicamente para las geometrías del chasis galo, y promete un rendimiento muy superior al de los convencionales. Otra de las particularidades de esta mecánica es que, a diferencia de la WR en las que el depósito de aceite del motor se encuentra en el frontal del bastidor, en la Scorpa todo el aceite va por dentro del propio motor, disponiendo además, de un práctico visor en la tapa del encendido para controlar su nivel.

Si el conjunto termodinámico ha roto vuestros esquemas, la parte ciclo no es para menos. Su impactante bastidor que, se anuncia como el más ligero del mercado, combina tubos de cromo-molibdeno de calidad aeronáutica, con dos pletinas laterales en fundición de aluminio donde se ancla un esbelto basculante, también de este material.

Las suspensiones se han confiando a Paioli, tanto delante como detrás, donde sigue manteniéndose un sistema sin bieletas similar al que Sachs equipa en la SY 250 2T y TY 125F, pero con la particularidad anclarse en el extremo derecho del basculante, y ser 700 gramos más ligero. Los frenos siguen firmados por AJP, aunque reforzados con unos discos de nueva factura, dotados de un diseño especial, y un grosor tres milímetros mayor a fin de mejorar el tacto.

Sin embargo, el plato fuerte de la Scorpa es, una vez más, la excelente calidad de sus acabados. Contemplar la bella factura de las tijas, el soporte del manillar, los estribos, las excéntricas aligeradas, o el original diseño por leds de su piloto trasero, son una serie de detalles únicos que realzan la exclusividad de la moto francesa.

ESTABLE Y PROGRESIVA 

Contemplar la Scorpa es un cúmulo de diferentes sensaciones. Al principio levanta escepticismo, pero pasan los minutos y tus ojos siguen clavados en ella, admirando los excelentes acabados de cada rincón, y pensando cómo será su carácter dentro de las zonas. El tacto de sus mandos es correcto, y si bajamos la mirada observamos que, efectivamente, el chasis es esbelto, su motor no sobresale nada por el lado derecho, pero… sí por el izquierdo, donde el cubrecárter de aluminio cuenta con un amplio pliegue que, protege como buenamente puede, un encendido muy expuesto a posibles golpes.

Sin poder esperar un solo segundo más, accionamos la leva mecánica del estárter, situada junto al embrague, y sin prácticamente ningún esfuerzo, las cinco válvulas de titanio comienzan a latir con fuerza. Esta leva no se sujeta sola, y requiere mantenerse presionada hasta que el motor coge algo de temperatura, alrededor de un minuto. Una vez que ralentiza por sí misma, aceleramos el motor en parado para valorar su ruido: el nivel de decibelios emitido es parecido al de la Sherco 4T, bastante inferior al de Montesa, y más bronco.

Antes de salir a rodar, hay que aclarar que fuimos los primeros en estrenarla, su carburación no era la más idónea para la altura de la zona centro, y según nos aseguraban desde Scorpa, el comportamiento óptimo se alcanza a partir del cuarto depósito.

Los primeros kilómetros transcurren por trialeras sencillas y caminos de bosque, donde la Scorpa muestra una actitud sobresaliente: empuja con fuerza en marchas largas desde bajo régimen, con un escalonamiento perfecto entre cuarta y quinta velocidad, y por supuesto, una tracción sobresaliente.

Lo más sorprendente de la SY-F es la estabilidad. Su efectivo bastidor, ayudado de un reparto de pesos casi perfecto, hace que sea una trazadora nata, y perdone gran parte de esos pies absurdos que se suelen dejar al desequili
brarse. Las zonas de nivel medio es donde más cómoda se encuentra, ya que goza de mayor espacio para afrontar el obstáculo, y no precisa excesivos movimientos en parado. ¿Y por qué decimos esto?

Pues por la sencilla razón que la SY-F no es una moto ágil, sus 78,5 Kg de peso en orden de marcha -1,1 Kg más que la 4RT-, y un motor con grandes medios, pero sin contundencia a bajo régimen, provoca que el piloto deba compensar con técnica esa falta de agresividad. Por lo que pudimos comprobar, a diferencia de la Sherco 4T, la Scorpa hay que ayudarla mucho de embrague para levantarla de revoluciones y alcanzar los regímenes dónde realmente da el “do de pecho”: medios y altos. Su estirada final es prácticamente interminable, algo que favorece el uso de la primera velocidad en todas las zonas, excepto aquellas más agresivas, donde la progresividad de su embrague no pone grandes facilidades a la hora de disparar el motor de vueltas.

En cuanto a las suspensiones, sigue presente la tendencia habitual de la marca, marcada por unos tarajes más bien suaves, con una horquilla rebotona que disimula muy bien el sobrepeso, y facilita enormemente la colocación de la moto. Detrás, la posición oblicua del monoamortiguador ofrece unas sensaciones completamente distintas de cualquier rival, pero dinámicamente comprobamos que, después de un breve periodo de adaptación, su buen rendimiento está fuera de toda duda. Los frenos también cumplen con creces su cometido, aunque le ocurre algo similar a la Montesa, y es que el sobrepeso de estos conjuntos impide una mayor contundencia, aunque insistimos, su rendimiento es más que correcto.

En resumidas cuentas, la Scorpa 4T es una moto perfecta para el aficionado por su suavidad, facilidad de conducción, y una contrastada fiabilidad. 

Texto: David Quer 

 

 

 

 

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