Ya sea nueva, o de segunda mano, la moto de Trial que habéis adquirido o ya tenéis en el garaje, viene reglada bajo unos parámetros estándar, que dependiendo de la complexión, preferencias o estilo de pilotaje pueden variar. Sin embargo, un mal generalizado es el acostumbrarse a elementos mal posicionados o reglados, de forma que cogemos hábitos negativos, dificultando así nuestra fase de progresión.
Posición de las manetas
Lo primero que tocarán vuestras manos son los mandos. Pues bien, es conveniente tener en cuenta varios puntos en este apartado: si las manetas van demasiado bajas no llegaremos bien y podemos lesionarnos las muñecas al no tener bien repartida la fuerza de la mano sobre el manillar. Si van demasiado altas, en las subidas nos encontraremos molestos y podemos llegar a luxarnos un dedo fácilmente. Lo idóneo es mantener como referencia una línea recta paralela al suelo, y sobre ese punto variar levemente los puntos de anclaje.
Es preferible que los soportes que anclan los mandos al manillar no vayan apretados al máximo, sino que, manteniendo la dureza, exista una movilidad si ejercemos una considerable presión, de tal forma que si necesitamos reajustar las manetas o devolverlas a su sitio tras un impacto, sea mucho más fácil.
Posición del manillar
Con el manillar ocurre algo similar. Lo normal es que los pilotos principiantes tiendan a situarlo muy atrasado en vista de coger confianza y sentirse más cómodos. Posteriormente, a medida que evoluciona el pilotaje la tendencia es inversa: adelantar su posición. Una posición adelantada, sin excederse, permite una mayor movilidad al piloto y un reparto de pesos más ecuánime, favoreciendo sobre todo el aplomo del tren delantero, sobre el que tendremos más feeling.
Para regular el manillar, basta con aflojar levemente los cuatro (o dos) tornillos que sujetan las bridas centrales y buscar la posición idónea. Hay que asegurarse que el manillar queda abrazado por las muescas correspondientes, a fin de garantizar su inmovilización una vez completado el proceso de reubicación. El apriete debe efectuarse de forma progresiva en ambas sujeciones, sobre todo si son cuatro los tornillos que abrazan, de tal forma que dicha brida abrace el manillar de una forma uniforme y no por un extremo del mismo.
Los pilotos talla XL pueden encontrar en el mercado diferentes alturas de manillar para sentirse más cómodos, así que preguntar en vuestra tienda de recambios habitual qué dimensiones se ajustan mejor a vuestra estatura y requerimientos físicos. Lo normal es que se utilice la medida estándar que suministran los fabricantes.
Puño de acelerador
Otro componente importante es el puño de gas. No debe ir tensado al máximo (se ajusta desde la parte superior de la campana del carburador, a través de un tornillo y tuerca), ya que seguramente en algún extremo del ángulo de giro la moto acabe revolucionándose sola. Lo idóneo es que tenga un pequeño juego, por ejemplo de medio centímetro aproximadamente.
Si va muy duro, podéis desmontarlo quitando la tapa superior y desencajando el prisionero del cable para liberar el puño completo, de forma que podamos limpiar lo bien.
Es interesante soplarlo con aire a presión para eliminar pequeñas piedras que hayan podido entrar en un apoyo o caída. Después, si se desea, puede lubricarse la polea de dicho puño de gas.
Por último, os recomendamos vigilar que el puño de gas guarde unos milímetros de distancia con el manillar, ya que muchas veces es el rozamiento del propio puño con el extremo de manillar lo que endurece o dificulta el buen rendimiento de dicho componente.
Ajuste del embrague
Esto mismo es aplicable al embrague. Si no tiene un pequeño juego libre al final, podemos caer en el error de llevarlo permanentemente accionado e impedir que el motor ruede como debería, además de perder buena parte del tacto.
Para regular el embrague tenemos un pequeño empujador en la propia maneta, que según apretamos tensa el embrague, y aflojando consigue el efecto contrario. Un embrague muy destensado nunca nos dejará clara la referencia de dónde empieza a actuar.
Presiones de los neumáticos
El último consejo que os vamos a dar antes de salir al campo, es revisar las presiones de los neumáticos. Para eso nos valdremos de un manómetro específico para Trial –miden como máximo un kilo de presión- y mediremos dicha presión en cada salida. Es algo imprescindible. Las presiones idóneas, dependiendo de peso y terreno, oscilan entre los 275 – 300 gramos en la rueda trasera y 425 – 450 gramos en la delantera.
También deberemos tener en cuenta la climatología, ya que en días calurosos es fácil que la presión en caliente suba rápidamente y nos veamos obligados a revisar los valores una vez iniciado el entrenamiento.
Os animamos a que repaséis todos estos puntos, ya que de la armonía entre todos ellos dependerán muchos más factores de los que podáis pensar, entre ellos la facilidad de progresar o el coger buenas costumbres desde el primer momento. No olvides seguir el resto de capítulos para seguir aprendiendo y aprovechando al máximo las prestaciones de tu moto.