¡Muy buenas zonas!
El pasado 30 de agosto de 2015 se cumplieron 5 años del fallecimiento (a los 79 años de edad) de Ricardo Pinet y desde este blog “en primera” quisiera recordarle, de hecho no he dejado de hacerlo nunca.
En nuestro país, solo pueden organizar competiciones los moto clubs adheridos a la Real Federación Motociclista Española o a la Federación Autonómica correspondiente.
En toda competición tiene que haber un director de carrera y, en trial, el Director de Carreras por excelencia era Ricardo Pinet Saldaña (Barcelona, 31 de diciembre de 1930).
Josep Isern fue uno de los impulsores del trial infantil en los años 70. Los cursillos organizados de trial para niños eran pruebas asiduas de los calendarios. En 1980 toma el relevo Ricardo Pinet, creando el Moto Club 80 dedicado básicamente a la organización de pruebas de trial, pero más concretamente a pruebas de niños con su especial “desafío Mecatecno”, triales y motos concebidos para niños. De este “desafío Mecatecno” unos años más tarde saldrían pilotos de renombre, tales como Adam Raga, David Cobos, etc.
Hacía más de 35 años que conocía a Pinet, y la diferencia de edad hacía que en mis primeros pasos en el mundo del motor le viera con el respeto que merecía.
Poco a poco, con el paso del tiempo, los encuentros en las carreras, mi paso por la Moto Alpina de la Cruz Roja, en los triales, etc. donde compartimos comidas, reuniones, eventos… hicieron que, no solo le respetara más, si no que sintiese una admiración total.
En los últimos tiempos suerte tuvo de Vera Siebken, que le sacaba en más de una ocasión del atolladero. Estaba mayor, “jodido” y me siento muy orgulloso de formar parte de Motocat y del grupo de personas que le hicieron un homenaje en vida, poco más de un año antes de su fallecimiento, en julio de 2009. Hacerlo a título póstumo, como es habitual, no hubiera sido lo mismo.
Pinet era como era: extrovertido, bromista, a veces -muchas veces- impertinente. Caía en gracia o era gracioso, pero lo que nadie le puede quitar en su historial de Director de Carreras lo mucho que hizo, quizás el que más, por nuestro amado deporte y, sin dudarlo, la calidad humana que tenía. ¡Cómo le echo de menos!
En el emotivo homenaje del 11 de julio de 2009 en Ripoll, hicimos un cuadernillo en el que se recogían una serie de imágenes de toda una vida dedicada a la moto con diferentes intervenciones de pilotos, moto clubs, etc. pero me quedo con la dedicatoria de Jaime Alguersuari, que transcribo aquí y de la que, al leerla, todavía se desprenden lágrimas de mis ojos.
Cuando Jerez estalla, o Montmeló se hunde, o el Palau Sant Jordi revienta de júbilo; cuando nuestros héroes seducen con sus victorias a los 100.000 enamorados que nos rendimos ante sus genialidades, sólo estamos viendo, aunque parezca paradoja, la parte más pequeña de la magia de la seducción.
Detrás de estos fenómenos, detrás de estos hechos épicos, siempre hay alguien anónimo y desconocido para los asiduos de las tribunas que dio su vida, también su alma, para que esos héroes antes niños fueran un imán para millones de personas. Nuestro héroe anónimo, eslabón necesario para entender los últimos 50 años del motociclismo catalán y español, se llama Ricardo Pinet, y hoy, le rendimos homenaje. Nadie, os lo aseguro, ha visto amanecer más veces que él, y nadie, os lo aseguro, se rindió al sueño más tarde que él.
Dirigió tal cantidad de carreras, que en horas acumuladas podríamos ir a la luna y volver.
Cronometró tantas salidas y llegadas, que la arena de una playa no alcanzaría para superar su reloj.
Fue, y es, amigo de todos, incluso médico, terapeuta, psicólogo, y siempre, siempre, jocoso bromista capaz de convertir en sonrisa la más tensa situación.
Ricardo Pinet se escribe en plural, él y ella, Ricardo y Vera.
Han pasado a la historia los míticos nombres de Don Paco Bultó, de Rabassa; Permanyer, los Giró, los Sanglas; ellos construyeron motocicletas y fueron el núcleo duro de nuestra historia.
Ricardo Pinet hizo que la motocicleta se convirtiera en la dulce obsesión del fin de semana; cientos de miles de aficionados a los que él dirigió, cronometró y divirtió.
Ricardo Pinet se convirtió hoy en historia, y yo, su amigo del alma, aprendiz permanente de su quehacer, lo certifico.
¡Felicidades, Ricardo y Vera!
Jaime Alguersuari
David ha facilitado los medios para canalizar cualquier comentario, pero si lo queréis hacer más personalizado, siempre me encontraréis en bonaigua@bonaigua-trial.com
¡Muchos ceros!
Víctor Martín
“bonaigua”