Prueba Oset Bikes 24.0 Racing eléctrica

oset bikes 24.0 racing electrica

La firma británica Oset, especializada hasta la fecha en la gestación de motocicletas infantiles de propulsión eléctrica, amplia horizontes este año con la inclusión en su gama de un modelo de trial de rueda grande, poniendo de este modo al alcance de niños y grandes la placentera práctica del «non stop» sin ruido.


Y verdaderamente, a los mandos de la 24.0, las sensaciones que experimenta tanto el niño grande de digamos 13-14 años como el adulto son muy muy agradables. Los reposapiés, cómodos y anchos, proporcionan un sensacional apoyo, algo que no ocurre en infinidad de motos infantiles, al tiempo que el manillar, de formas y altura perfectos, y las manetas caen muy bien en las manos, brindando una posición cómoda y un auténtico «feeling» de control total sobre la moto. El conjunto, por demás, resulta estrecho y extraordinariamente ligero, rondando unos increíbles pero ciertos 45 kilos que derivan en una manejabilidad excepcional. Baste decir que una 125 de trial con motor de combustión llega a pesar hasta casi 30 kilos más…
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Si a ello añadimos la fulgurante respuesta motriz a la que tenemos acceso con solo actuar sobre los correspondientes potenciómetros de regulación, concluiremos que lo que llevamos entre las piernas es una auténtica lagartija, ágil y de reacciones rápidas, en la que jamás nos va a faltar diversión.
La 24.0 emplea un motor más vigoroso que sus hermanas de rueda pequeña, fabricado en Taiwan, y con 48 V y 1.400 W como tarjeta de presentación. ¿La regulación de la que hemos hablado? Simple, accesible, y tremendamente resolutiva: quitamos a mano una sencilla tapa de goma y a la vista quedan, alineados sobre el falso depósito de combustible, esos tres potenciómetros –potencia, inmediatez de respuesta y velocidad- que permiten tener cien motos distintas en el garaje ocupando el espacio de solo una.
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Con los ajustes llevados a su grado mínimo, obtendremos la docilidad y lentitud de respuesta precisadas por el más inexperto de los pilotos, mientras que la rabia, el vigoroso empuje inicial característico de los propulsores eléctricos, lo encontraremos a la vuelta de la esquina, una vez hayamos abierto «los tres grifos» sin reparo.

FRENOS «A MANO»

También hay que decir que, incontables ventajas al margen, el trial eléctrico que propone Oset no es el trial que practicamos con una moto de gasolina. Aquí no hay mágicos toques de gas que nos libren de tal o cual dificultad y los obstáculos se abordan, en muchos casos, con una diferente filosofía: la de lanzar suficientemente la moto ante el obstáculo en cuestión, para superarlo aprovechando la inercia.
Por otro lado, el hecho de que el freno trasero se accione no con el pie derecho sino con la mano izquierda, exige igualmente un mínimo de aclimatación por parte del piloto, que al principio echará de menos ese apoyo, a la hora de intentar equilibrarse, que proporciona la presencia de un pedal bajo el pie.
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Esta peculiar configuración de dos manetas de freno se suma a otros tantos detalles más propios de bicicleta que de moto con los que Oset salpica a este modelo y entre los que se cuentan la horquilla RST –con fácil reglaje de la compresión y el rebote en la barra derecha -, el amortiguador DNM RCP-2 –doble reglaje, igualmente, en este caso, de precarga y compresión-, y los conjuntos completos de freno Sram –con discos de 180 mm. de diámetro-. Las suspensiones, por cierto, muy blanditas, ayudan a aprovechar bien el efecto de la extensión, mientras que los frenos destacan por progresividad y potencia.


Señalar, para terminar, que de la 24.0 Racing se comercializan y con el mismo precio -4.499 euros- dos diferentes versiones: una, denominada Junior, con neumático trasero en medida de 3,50 x 17, más enfocada para los chavales que quieren trial trial, y otra, la 24.0 Racing a secas, con rueda motriz de 19, que pilotarán mejor quienes ya hayan dejado bien atrás su adolescencia y pesen, idealmente, entre 60 y 90 kilos. En uno y otro caso, el importador español ofrece la opción de montar, con un pequeño sobreprecio, baterías de más amperios, protegidas, además, por cajas de aluminio.
Texto y fotos: Carlos Larreta

LA OPINIÓN DEL PILOTO: TOMMY VERNEY

oset bikes 24.0 racing electricaNuestra propia opinión sobre la 24.0 ya la hemos vertido, pero también queríamos reflejar lo que pensaba de ella un joven piloto -doce años- que se ha forjado pilotando motos de trial desde los tres, aunque ¡solo motos de trial de propulsión eléctrica! «las de gasolina hacen mucho ruido, no me gustan», asegura Tommy, quien añade: «lo mejor de las motos eléctricas es precisamente eso. Que montas en cualquier sitio y nadie te dice nada, porque no molestas. ¿Algún fallo de la 24.0? Bueno, la pata de cabra, que deja la moto demasiado vertical. En cuanto a la autonomía, ningún problema. Con mi peso de 35 kilos y la batería de 25 amperios, he podido montar hasta más de cuatro horas seguidas. Además, la respuesta de la 24.0 es más progresiva que la de la 20.0 y, al llevar la rueda más grande, superas mejor cualquier obstáculo».

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